TEMA:
Responsabilidad
frente a los propios sentimientos.
OBJETIVOS:
- Reflexionar sobre
nuestras tradicionales maneras de asumir los sentimientos.
- Erradicar la costumbre
de culpar a los demás de nuestros dolores o sufrimientos.
- Iniciar un proceso de
cambio y liberación, de autocastigo y autoculpabilidad.
- Motivar en los
participantes pensamientos positivos
DESCRIPCIÓN:
A
través de un pensamiento de Arthur Da Tavola, cuestionar la actitud quejumbrosa
y autoculpable que asumimos en nuestras relaciones con los demás.
PROCEDIMIENTOS:
1.
Entregar a cada participante el texto en mención.
2.
Cada participante responde:
-
¿Cómo se sintió al leer el texto?
-
¿Recuerda usted si alguna vez ha asumido la actitud de culpar
a otro sobre su sufrimiento? (Por ejemplo, pensar o decir: «Usted me hace
sufrir»).
-
¿Qué piensa usted de esta afirmación? «Soy yo quien decido si
sufro o no, soy yo quien decido cómo me siento». No es cierta la frase: «Usted
me hace sentir», sino, «Yo me siento».
-
¿Qué ganamos al asumir la responsabilidad de nuestros
sentimientos?
3.
Mencione tres enseñanzas que le deja este ejercicio.
4.
Conclusiones:
¿Soy
yo quien le hace sufrir?
O ¿es
usted quién sufre por mi causa?
O,
aún más, ¿es usted quién sufre por su propia causa?
Llegar
a esta pregunta (lleva años y años)
es
esencial en la relación del amor.
La
respuesta demandará mucho tiempo,
sufrimiento
y, en cada caso, será diferente,
pero
una vez encontrada, mejorará cualquier relación
o
definirá su fin, su terminación.
Propongo
como ejercicio, una actitud de cambio, donde
lee
sufrir, léase felizar (yo felizo, tu felizas…).
¿Por
qué felicidad no tiene verbo?
La
pregunta quedaría entonces:
¿Soy
yo quien le hace felizar
o
usted quien feliza por mi causa?
Curiosa
y masoquista la vida.
El
verbo sufrir es complicado.
Felizar
es simple,
¿Por
qué la gente prefiere conjugar el verbo sufrir?
Arthur
Da Tavola.
PISTAS
PARA LA REFLEXIÓN:
- Nadie es dueño de
nuestros sentimientos. Nadie puede manipular mis sentimientos. Es un error, por
tanto, decir: «Usted me hace sentir…» o «Esa situación me hizo sentir» o «La
lluvia se hace sentir» Soy yo quien siente, soy yo quien elijo sentir; no puedo
responsabilizar a nadie de mis sentimientos. No debo culpar a nadie de mi
desdicha ni de mi felicidad.
- Tener una actitud
madura, una actitud equilibrada, es asumir las riendas del destino, de la vida.
Es no responsabilizar a nadie de nuestros éxitos o fracasos: sólo yo soy el
artífice de mi destino: sí asumo así mi vida, ésta será más real, más plena y
tendrá mayor posibilidad de desarrollo.
- Para lograr el éxito o
la autorrealización, es necesario ser consecuentemente de que sólo yo podré
cambiar la dirección de mi vida y que nadie lo hará por mí. Deberé abandonar la
actitud quejumbrosa y culpable. ¡Debo empezar!
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Gracias por capacitarse en la Escuela de Padres del Psicologo OSCAR SUAREZ