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domingo, 1 de diciembre de 2024

TRANSFERENCIA Y CONTRA TRANSFERENCIA EN LA INTERACCION CON ACUSADOS, USUARIOS Y PACIENTES

 






La Transferencia y Contratransferencia en las Relaciones entre, Jueces. Comisarios de Familia, Fiscales, medicos y acusado, usuarios y pacientes

Por


Oscar Suárez


Los conceptos de transferencia y contratransferencia suelen asociarse a contextos terapéuticos, pero también son relevantes en las interacciones profesionales que se dan en instituciones como comisarías de familia, fiscalías, hospitales y otras entidades donde se trabaja con personas en situación de vulnerabilidad. En estas relaciones, las emociones y las proyecciones inconscientes pueden influir significativamente en la calidad del servicio y en los resultados de las intervenciones.

Transferencia en el contexto institucional

La transferencia ocurre cuando una persona atendida (usuario) proyecta emociones, expectativas y recuerdos de sus experiencias pasadas en el personal asistencial o funcionarios de estas dependencias. Por ejemplo, un usuario que acude a una comisaría de familia buscando ayuda puede idealizar al funcionario o verlo como una figura autoritaria basada en sus vivencias infantiles con sus padres u otras figuras de autoridad.

Estas proyecciones pueden incluir:

  • Expectativas de protección o salvación.
  • Admiración excesiva o confianza ciega.
  • Resentimientos hacia figuras de autoridad, que se manifiestan como rechazo o desconfianza.

Un ejemplo frecuente se da en hospitales, cuando pacientes depositan en los médicos o enfermeros la expectativa de “resolverlo todo”, ignorando las limitaciones del sistema de salud o de los propios profesionales. En las fiscalías, un usuario puede proyectar rabia o frustración debido a experiencias pasadas negativas con la justicia, dificultando el desarrollo del caso.

Transferencia y contratransferencia en el ámbito judicial

Al igual que en los hospitales, las emociones de los jueces frente a los acusados pueden explicarse desde los conceptos de transferencia y contratransferencia:

  • Transferencia: Los jueces pueden proyectar en los acusados emociones relacionadas con experiencias previas, como el recuerdo de injusticias que ellos mismos han vivido o presenciado.
  • Contratransferencia: Las actitudes de los acusados pueden evocar emociones intensas en los jueces, ya sea rabia, frustración o, en casos más complejos, incluso compasión.

Por ejemplo, un acusado que niega su responsabilidad o muestra indiferencia puede evocar en el juez una respuesta emocional vinculada con experiencias pasadas en las que se enfrentó a personas que no asumieron las consecuencias de sus actos.

Implicaciones de estas emociones en la administración de justicia

Si bien las emociones son una respuesta natural en los seres humanos, en el contexto judicial pueden convertirse en un obstáculo si no se gestionan adecuadamente. Algunos riesgos incluyen:

  1. Pérdida de imparcialidad: Las decisiones judiciales pueden verse influenciadas por emociones intensas, llevando a juicios que no se ajusten a los principios de justicia.
  2. Desconfianza en el sistema: Las manifestaciones de enojo o rabia pueden ser percibidas por los acusados, abogados o el público como señales de parcialidad, lo que puede minar la confianza en el sistema judicial.
  3. Impacto en la salud mental del juez: La acumulación de emociones negativas puede generar estrés, agotamiento y, en casos graves, síndrome de burnout.

Contratransferencia en el personal asistencial

La contratransferencia ocurre cuando el profesional reacciona emocionalmente a las proyecciones del usuario. Esto puede ser inconsciente y reflejar sus propios miedos, inseguridades o vacíos emocionales. En las comisarías de familia, por ejemplo, un funcionario puede responder de manera excesivamente protectora hacia un usuario porque este le recuerda a un familiar vulnerable.

De igual forma, un médico o psicólogo que se enfrente al resentimiento o frustración de un paciente puede experimentar rechazo o impaciencia, distorsionando la percepción que tiene del caso y afectando la calidad de la atención.

Si el personal no identifica y gestiona adecuadamente estas emociones, puede generarse un vínculo poco saludable entre el profesional y el usuario, lo que podría comprometer la efectividad de la intervención.

Implicaciones en las relaciones institucionales

En el trabajo colaborativo entre estas dependencias (comisarías, fiscalías, hospitales, etc.), la transferencia y contratransferencia no solo ocurren entre usuarios y profesionales, sino también entre los mismos equipos de trabajo. Por ejemplo:

  • Un trabajador social de una comisaría de familia puede desarrollar dependencia emocional hacia un médico del hospital con quien trabaja estrechamente, proyectando expectativas que van más allá de lo profesional.
  • Un fiscal puede sentirse frustrado con un médico que no entrega un informe en el tiempo esperado, proyectando en él resentimientos previos hacia colegas que le han fallado.

Estas dinámicas pueden obstaculizar la coordinación efectiva entre instituciones si no se abordan de manera consciente.

Reacciones de los Jueces: Rabia o Molestia Frente a los Acusados

En el ámbito judicial, las emociones también juegan un papel importante, aunque a menudo se espera que los jueces actúen de manera estrictamente imparcial y objetiva. Sin embargo, situaciones emocionalmente intensas, como enfrentarse a acusados que han cometido crímenes graves o que muestran actitudes de desafío, pueden provocar respuestas emocionales en los jueces, como rabia, molestia o frustración. Estas reacciones, si no son reconocidas y gestionadas, pueden afectar la toma de decisiones y la percepción de justicia.

Causas de las reacciones emocionales en los jueces

  1. Naturaleza del delito: Los crímenes que involucran violencia extrema, abuso infantil, feminicidios o actos que atentan contra los valores humanos fundamentales suelen generar una fuerte reacción emocional en los jueces.
  2. Conducta del acusado: Actitudes desafiantes, falta de remordimiento o cinismo por parte de los acusados pueden evocar enojo o molestia en los jueces, quienes podrían percibir esto como una falta de respeto hacia la ley o hacia las víctimas.
  3. Carga emocional del caso: Algunos casos tienen un fuerte impacto mediático o social, lo que puede añadir presión al juez y generar emociones adicionales como frustración o enojo.
  4. Identificación personal: En algunos casos, el juez puede identificarse inconscientemente con las víctimas, sus familias o incluso con el acusado, lo que puede intensificar sus reacciones emocionales.
  5. Fatiga laboral: Los jueces, al igual que otros profesionales, no están exentos de la fatiga emocional. La exposición constante a casos difíciles puede aumentar la probabilidad de que experimenten rabia o molestia frente a situaciones que perciben como injustas o moralmente reprochables.

Manifestaciones de la rabia o molestia en los jueces

  • Lenguaje verbal o corporal: Aunque se espera que los jueces mantengan un tono neutral, a veces pueden expresar su enojo mediante comentarios directos hacia el acusado, el uso de un lenguaje más severo o mediante gestos como fruncir el ceño, suspirar o interrumpir al acusado.
  • Decisiones punitivas: La molestia o rabia puede traducirse en decisiones más duras, como imponer penas máximas o condiciones más restrictivas durante el proceso judicial.
  • Dificultad para escuchar: El enojo puede limitar la capacidad del juez para escuchar con objetividad los argumentos de la defensa o incluso la declaración del acusado.

Estrategias para la gestión de las emociones en los jueces

  1. Autoconciencia emocional: Los jueces deben reconocer sus emociones y reflexionar sobre el origen de estas, preguntándose si provienen del caso en cuestión o de experiencias personales previas.
  2. Formación en inteligencia emocional: Capacitar a los jueces en habilidades de autorregulación emocional puede ayudarlos a manejar mejores situaciones que generen rabia o molestia.
  3. Supervisión y apoyo profesional: Espacios de supervisión psicológica o de diálogo entre jueces pueden servir para compartir experiencias y procesar las emociones derivadas de casos difíciles.
  4. Mantenimiento de la neutralidad: Desarrollar estrategias específicas, como el uso de lenguaje neutral y la concentración en los hechos objetivos del caso, puede ayudar a reducir el impacto de las emociones en la toma de decisiones.
  5. Autocuidado: Promover el autocuidado físico, emocional y psicológico de los jueces es fundamental para garantizar su bienestar y la calidad de su labor.

Gestión de la transferencia y contratransferencia

La conciencia y gestión de estas dinámicas emocionales es fundamental para garantizar relaciones profesionales sanas y efectivas:

  1. Autoconocimiento: El personal de estas instituciones debe estar consciente de sus propias emociones, miedos y vacíos. Esto puede lograrse a través de procesos de formación continua, supervisión o apoyo psicológico para los profesionales.
  2. Límites claros: Es crucial establecer límites profesionales con los usuarios y entre equipos de trabajo para evitar involucrarse emocionalmente más allá de lo adecuado.
  3. Capacitación en habilidades emocionales: Talleres sobre inteligencia emocional y manejo de conflictos pueden ser útiles para identificar y gestionar las proyecciones emocionales.
  4. Trabajo en red: La colaboración entre dependencias debe incluir espacios de reflexión y apoyo mutuo, donde se aborden posibles tensiones o malentendidos derivados de las transferencias emocionales. 

En resumen

La transferencia y la contratransferencia son fenómenos emocionales que afectan las relaciones entre usuarios y profesionales en juzgados, comisarías de familia, fiscalías, hospitales y otras instituciones. Aunque pueden ser obstáculos si no se gestionan adecuadamente, también pueden convertirse en herramientas valiosas para comprender mejor las necesidades de los usuarios y fortalecer las relaciones entre instituciones.

Es vital que el personal asistencial, tanto individualmente como en equipo, reconozca y maneje sus propias emociones para brindar un servicio más humano, efectivo y profesional

Los jueces, como seres humanos, no están exentos de experimentar rabia o molestia frente a los acusados, especialmente en casos con alta carga emocional. Estas reacciones son naturales, pero es fundamental que sean reconocidas, gestionadas y controladas para evitar que afecten la imparcialidad del proceso judicial y la percepción de justicia. El fortalecimiento de habilidades emocionales y el acceso a espacios de apoyo profesional son herramientas clave para garantizar que las emociones no interfieran con la misión central de los jueces: impartir justicia de manera objetiva, equitativa y humana.

 

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