TEMA:
El castigo físico a los hijos.
OBJETIVOS:
- Reflexionar sobre las consecuencias
funestas del maltrato físico.
- Tomar conciencia de
iniciar un proceso de cambio ante la violencia hacia los hijos.
- Iniciar el acercamiento
entre los padres e hijos a través del diálogo amoroso.
DESCRIPCIÓN:
A
partir de un pensamiento, cuestionar a los padres de familia que incluyen el
castigo físico como norma de corrección a los hijos, para que cambien y busquen
alternativas de diálogo y comunicación para una formación sana.
PROCEDIMIENTOS:
- Leer el texto: «Papá no me
pegues»
Responder:
- ¿Cómo se sintió al leer
el texto?
- ¿Qué piensa acerca de los
padres que golpean a sus hijos?
- ¿Qué piensa del maltrato
verbal que muchos padres ejercen sobre sus hijos?
- ¿Qué le respondería al
Papá que afirma: «En mis tiempos nos golpeaban, nos molían a palos y no estoy
traumatizado; son los psicólogos quienes han afectado a los chicos»?
- Comente las enseñanzas que le dejó este ejercicio.
- Conclusiones:
«Papá, no me pegues»
Papá:
Tus
golpes no sólo hieren mi cuerpo…
¡golpean
mi corazón!
me
hacen duro y rebelde,
terco,
torpe y agresivo.
Tus
golpes me hacen sentir miserable,
pequeño
e indigno de ti… mi héroe.
Tus
golpes me llenan de amargura,
bloquean
mi capacidad de amar,
acrecientan
mis temores y
nace
y crece en mi odio.
Papi,
tus golpes me alejan de ti,
me
enseñan a mentir,
cortan
mi iniciativa y creatividad,
mi alegría
y mi espontaneidad.
No me
golpees más…
Soy
débil e indefenso ante tu fuerza;
Tus
golpes enlutan mi camino,
Y
sobre todo, endurecen mi alma.
La
fuerza de tu razón es superior
a la
fuerza de tus golpes;
sí no
te entiendo hoy
¡pronto
lo haré!
Si
eres justo e insistes en explicarme…
Más
poderosos que tus golpes,
Más
efectivos y grandiosos
son
tu afecto, tus caricias, tus palabras.
Papi,
tu grandeza no está
en el
poder de tu fuerza física
tú.,
mi héroe, eres mucho más
cuando
necesitas de ella para guiarme…
Cesar
Augusto Muñoz E.
La
risa es la distancia más corta entre dos personas.
Víctor
Borge.
PISTAS
PARA LA REFLEXIÓN:
-
Es necesario que los padres comprendan que castigar no
siempre es golpear. Castigar efectivamente es aplicar una sanción que parte del
conocimiento que la madre tenga del niño, privándole prudentemente de algo que
a él le guste. Dosificando el castigo, y sobre todo, manteniendo la palabra.
Cuando un padre no cumple lo que promete al hijo en materia de castigo, pierde
validez su palabra ante él, y cuando el hijo «se sale de sus manos» tendrá que
recurrir al maltrato verbal o físico.
-
El castigo físico deja heridas psicológicas que jamás nos
abandonan: Inseguridad, timidez, resentimientos, falta de creatividad. Si a
usted como hijo lo castigaron físicamente y no quedó traumatizado, piense por
qué le tiembla la voz cuando tiene que hablar en público o al hablar con su
jefe, o por qué a veces, en la noche experimenta temores nocturnos, o por qué
no ha logrado el éxito deseado y merecido en la vida. No repita en sus hijos lo
que hicieron con usted.
-
Recuerde que ser padre significa formar, y en esa tarea es
necesario corregir a tiempo, pero sin gritos ni golpes. El padre debe hallarse
en amor; ello no le impedirá corregir – no golpear- cuando su hijo lo necesita.
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Gracias por capacitarse en la Escuela de Padres del Psicologo OSCAR SUAREZ